En este último trabajo muestro el camino de los diferentes intentos de interpretación, la crítica del primero es el punto de partida del segundo y así sucesivamente. Tras el artículo de Atxurra no me cabía ninguna duda, de que la mayoría de los símbolos del arte rupestre hacían alusión a las posiciones del Sol, la Luna y la Vía Láctea.
En el capítulo de "la pista de la serpiente", muestro el impulso que toma la investigación, cuando comienzo a comprender la importancia de Venus, tanto en el arte rupestre como en la estructura de numerosas religiones, desde los Mayas a la religión cristiana, teniendo en cuenta la transición africana de la religión en Egipto.
La mitología comparada nos muestra, qué numerosas culturas separadas por miles de kilómetros y sin ninguna aparente relación tienen una base religiosa común, lo que faltaba por descubrir es que tenían una base puramente matemática, basada en ciclos de eclipses y conjunciones de Venus. La conclusión principal es que el origen de prácticamente todas las religiones se remonta al Paleolítico, a lo largo del tiempo las religiones se han ido actualizando constantemente, los símbolos animales, se convirtieron en dioses de apariencia humana, pero al final todos estos personajes, no eran más que metáforas de los astros, principalmente del Sol, la Luna y los planetas. Los dioses no dieron nombre a los planetas, al contrario, los dioses eran personificaciones de los planetas, los momentos de sincronización del Sol y la Luna, o eclipses, y las conjunciones de Venus, son el origen de los momentos sagrados del nacimiento y de la muerte y la resurrección.
Libro completo: https://www.academia.edu/118825994/La_ciencia_de_la_religio_n?source=swp_share
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