Lumentxa y el Sol

El nombre de la cueva en todos los artículos científicos es el de Lumentxa, desde que así la registrara Barandiaran, la cueva se halla en un monte de forma cónica del mismo nombre, entre la localidad de Lekeitio y la de Ispaster, aunque está practicamente dentro del casco urbano de Lekeitio, los habitantes de Lekeitio llamamos a la cueva Lumentza o Garratxa.


La cueva fue excavada por primera vez por Barandiaran y Telesforo Aranzadi en los años 20 que luego repitieron en los años 60, a los que siguieron  campañas arqueológicas como la de Arribas, etc para concluir con la gran descubrimiento del equipo de Diego Garate, de que la cueva albergaba pinturas rupestres. A continuación una panorámica esferica del vestíbulo de la cueva, zona donde se han realizado las excavaciones.
Panorámica 360 Lumentza vestíbulo

El estado de la cueva es lamentable, está llena de pintadas, marcas de fogatas recientes etc. La cueva a estado casi siempre abierta. Durante diferentes generaciones ha sido una especie gaztetxe donde todos ibamos a jugar, beber etc. Su cuidado ha sido practicamente nulo, se limita a un candado y a una verja que aparecen rotos ciclicamente.



Entre las pintadas podemos encontrar algunas históricas, del siglo XIX, muchas de bonita caligrafía, incluso una pintada que se le podría atribuir a la reina Isabel II o a algún miembro de su séquito, ya que la reina con parte de su gobierno pasó parte del verano y fiestas de 1868 en Lekeitio antes de huir a Francia vía Donosti. La reina residió en el palacio Uribarren, pegado a las faldas del monte Lumentza, así lo acredita el siguiente fragmento perteneciente al  documento:

«La temperatura en Lequeitio —referirá en 5 de septiembre el corresponsal del Mémorial des Pyrénées, allí destacado desde Pau — es realmente agradable, y la familia real, cada vez más complacida con tan excelente retiro, proyecta prolongar su estancia hasta el 10 de septiembre». Y añade: «La reina distribuye su tiempo entre las audiencias, el paseo, su tratamiento balneario, y la atención de los asuntos de España con los consejeros que la rodean. Los señores Roncali y Marfori son quienes gozan de su favor. No parece inminente el cambio de Ministerio».


Pintada atribuible a la estancia de Isabel II en Lekeitio

Pero volviendo al tema que nos ha traido aquí, justo al otro lado del pasillo, nos encontramos con un enorme bloque en el cual tras unas pintadas modernas están las pinturas rupestres de la cueva




Las pinturas representan dos bisontes en celo, una hembra con el rabo hacia arriba seguida de un macho, en el cual parece vislumbrarse la cabeza de un caballo. Para tener una información mucho más detallada podéis leer el magnífico documento de Diego Garate, Joseba Ríos-Garaizar y Aitor Ruiz-Redondo: El arte parietal paleolítico de la cueva de Lumentxa (Lekeitio, Bizkaia)


Una misteriosa luz 

El hallazgo de las pinturas me había impresionado, siempre había pensado que los hombres habían pintado en alguna cueva de la zona pero no pensaba que habíamos tenido las pinturas delante de las narices. A pesar del hallazgo, las pinturas casi invisibles no formaban parte de un panel excepcional, me parecían un poco pobres para la calidad de yacimientos que las rodeaban, Santa Catalina, Lumentxa, Abita, Atxurra, etc. Estaba convencido, y lo sigo estando, de que el principal santuario se esconde en el monte Lumentza, así que continué registrando el monte en busca de cualquier agujero, aparecieron nuevas cuevas y acabé uniéndome al grupo de espeleología ADES, poco tardaron en aparecer nuevos yacimientos, los niveles inferiores de la cueva de Lumentxa, con yacimiento paleontológico, Zubieta y su conchero, Armintxe y su espectacular panel, etc.

Una mañana fui a fotografiar el amanecer y me acerque a la cueva, me encontré con que alguien había cortado la verja de la boca trasera y la habían doblado para introducirse en la cueva, había plásticos y tierra removida, saqué unas fotos y di el aviso al grupo para que informaran a la diputación. Me tomé mi tiempo y estuve observando la zona del panel, apagué la luz del frontal para tomar una fotografía y en ese momento me di cuenta de que había una luz misteriosa en mis pies, era sin duda alguna, luz natural, pero por mucho que miraba al techo no veía ninguna ventana, estaba rodeado de paredes y no encontraba su origen, hasta que me agache y vi que la luz provenía de la boca trasera y pasaba debajo de los bloques.
Un año más tarde revisando las fotos, miré la fecha y eran del dos de abril, la casualidad hizo que estuviera en la cueva un amanecer cercano al equinoccio de primavera.

El Sol y Lumentza

En los últimos años me había dedicado a fotografiar amaneceres, fenómenos meteorológicos etc. de forma compulsiva, como muestra mi blog enfocado a ese tema: http://www.lekitxokozeruak.com/
El monte lumentza es un lugar estratégico tanto para ver las estrellas, porque tienes una visión de 360 grados, como para fotografiar el amanecer.



Al salir el sol la sombra del cono se proyecta sobre Lekeitio.





Para un fotógrafo como yo, que se dedica a fotografiar todos los amaneceres posibles, es evidente que el símbolo me recordaba al Sol, pero siempre que voy a fotografiar el Sol lo encuadro en el medio, se me hacía rara la posición escorada a la izquierda. El sol sale en esa posición (más al Norte) en verano. En la siguiente serie de fotografías podemos ver las diferentes posiciones de la salida del Sol desde Lekeitio, dependiendo del momento del año en que nos encontramos.

Invierno



Primavera


Verano


Otoño



Si hacemos un esquema de la salida del sol vista desde Lumentza, vemos que el sol sale por el este en primavera, a medida que se acerca el solsticio de verano, sale cada vez más al Norte, para volver a salir por el Este en el equinoccio de otoño, en el solsticio de invierno el sol sale más al sur.

Si vemos la topo de la cueva, podemos comprobar que la boca de salida está encarada al Este.









En el equinoccio de otoño la luz entra por la boca trasera de la cueva, hasta llegar al bloque donde hay pintados dos bisontes en celo, si el celo de los bisontes es en septiembre, es fácil deducir que los bisontes en celo representan el equinoccio de otoño y que sabían dividir las estaciones observando el sol.
 

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